La instalación de una fuente musical al aire libre requiere una planificación meticulosa y conocimientos técnicos para garantizar el rendimiento y la longevidad. El proceso comienza con obras civiles, incluyendo cimentaciones de hormigón (capacidad de carga ≥80kg/m²), membranas impermeabilizantes y zanjas para tuberías subterráneas. Las tuberías de alta presión (de acero inoxidable o PVC) se someten a pruebas de presión al 150% de la presión operativa (típicamente entre 20 y 100 bar) para prevenir fugas, mientras que las boquillas se calibran para un flujo uniforme (±3% de variación) utilizando pruebas de inyección de tinte. Los sistemas eléctricos cuentan con componentes clasificados IP68, con dispositivos de iluminación (tiras LED, proyectores) montados en soportes resistentes a la corrosión. Los paneles de control están alojados en cerramientos resistentes al clima (IP54), equipados con protección contra sobrecargas y suministros de energía de respaldo. La optimización acústica implica soportes amortiguadores de sonido para las bombas y altavoces estratégicamente colocados (IP67) para asegurar una distribución equilibrada del audio. La puesta en marcha incluye la programación de espectáculos personalizados, la prueba de paradas de emergencia y la capacitación del personal de mantenimiento en protocolos de tratamiento de agua (pH 7.2-7.6). El cumplimiento de los códigos locales eléctricos, de fontanería y de seguridad es obligatorio, con inspecciones finales que verifican las cargas admisibles y las características de accesibilidad.